El despertador sonó a las 05:30 am, nos costó levantarnos puesto que el día anterior anduvimos muchísimo por toda Roma, pero el nerviosismo que recorría nuestro cuerpo era superior al cansancio del día anterior. Tras prepararnos salimos con dirección a la estación de tren, el hotel se encuentra muy cerca de Termini tanto que hay una entrada lateral y no teníamos que ir hasta el principio de la calle para la entrada principal de la estación, llegamos en apenas 10 minutos era aún de noche y no había nadie por las calles. El tren salía a las 07:26 am con dirección a Nápoles y era aún temprano.
En Italia hay dos opciones de compañía Tren Italia e Italotreno, nosotros adquirimos los billetes directamente por la web de Tren Italia y llevábamos los billetes electrónicos.
SaltoConsejo: aseguraos que no es necesario validar los billetes de tren, ya que en muchos casos pueden haber sanciones por no hacer este trámite por que el tren o el trayecto en cuestión no esté preparado para leer códigos con la impresión de la web.
Puntualmente salió nuestro tren con destino a Nápoles, en aproximadamente dos horas estábamos en la ciudad. Bajamos del tren y la bella Nápoles estaba allí, habíamos leído que esta ciudad era muy sucia, ruidosa y que deberíamos tener mucho cuidado. Sinceramente la estación no nos dio esa sensación, nos tomamos dos cafés y directamente fuimos a sacar los tickets para el tren Cincunvesuviano.
El tren circunvesuviano en España sería un “cercanías”, une Nápoles con las ruinas y pueblos cercanos a la capital, hasta Pompeii Scavi nuestro destino tardaba unos 45 minutos. Pasamos el torno y cuando entramos fue cuando vimos esa Nápoles decadente que en todos los foros y viajeros hablan, la estación estaba sin reformar con las paredes recubiertas de azulejos viejos y sucios, había muchos policía por la zona ya que se aglomeran muchos turistas y los carteristas están a la orden del día todo con un ambiente bastante peculiar.
Saltoconsejo: para el circunvesuviano comprad ida y vuelta directamente y así a la vuelta ahorráis tiempo.
El tren llegó, era antiguo y destartalado (por lo menos los dos en los que nos montamos) parecía sacado de una película de los años 60, habíamos visto ese estilo de trenes en algunas líneas de tranvía de Roma, sinceramente una curiosa estampa que a mi personalmente me encanta porque lo veo más auténtico. Todos nos abalanzamos rápidamente invadiéndo el espacio, la policía se puso a tocar un silbato y de repente un perro pastor alemán se abalanzó sobre un chico que por lo que se ve intentaba robarle a un turista despistado, todo pasó a nuestro lado una escena poco agradable pero inquietante. Sinceramente intento disfrutar de cada momento cuando viajo, el tren empezó a andar y cuando salimos fuera del túnel y pasamos los edificios de Nápoles dentro se empezó a animar, unos rumanos que tocan el acordeón, gente vendiendo, todo un espectáculo. Las vistas desde el tren son espectaculares las vías van rodeando el Vesubio, hay tramos que pasas tan cerca de los edificios que casi le ayudas a la señora a tender en la ventana, el trayecto lo pasamos amenizados por la música de un acordeón a ritmo de Volare, Funiculi Funicula, Il sole mio… para mi toda una experiencia me vine arriba con esas vistas, ese tren que por momentos se iba a romper de lo antiguo que era, los turistas se miraban, unas señoras vendían golosinas…mi mente volaba y me transportaba a las películas que tanto había visto de Italia que nos hacen estereotipos mentales pero son a veces tan reales y auténticos que te dejas llevar inevitablemente.
Pasamos varias paradas y de momento en Hercolano se baja todo el tren, nosotros continuamos con algunos turistas más a Pompeii Scavi, sin duda la mejor opción. Si vais a visitar las dos ruinas, Saltoconsejo: hacedlo en este orden (Pompeya, Herculano) ya que evitas las colas que se forman a primera hora en Hercolano y luego vienen a Pompeya, a veces ir a contracorriente nos hace ganar tiempo aunque parezca una contradicción.

Una vez en Pompeii Scavi salimos de la estación y una gran cantidad de guías se nos acercaban para hacernos la excursión.
En mi opinión por unos 15€ que nos pedían por persona (entradas a parte), no se si negociando bajarán el precio, te hacen una visita de 2-3 horas por Pompeya, merecía la pena haber contratado un guía. Pompeya es enorme, con un guía te llevan a los lugares más importantes y luego te dan tiempo libre que puedes usar para ir a los lugares más alejados que no entran en la visita. Nosotros no contratamos guía y nos arrepentimos básicamente porque perdimos mucho tiempo.
En Pompeya hay entradas conjunta con Hercolano y sólo la de las ruinas, nosotros sacamos la individual (precio actual 15€ por persona y audioguía 8€) . Aquí os dejo el enlace a la web oficial, con la entrada te dan un mapa por persona, antiguamente daban una guía pero ya sólo dan el mapa, también contratamos el audioguía.
En el post de «Pompeya ciudad en ruinas» os cuento muchísima más información sobre los restos arqueológicos de Pompeya y cómo organizar la visita.
Entramos por las termas subterráneas y subimos hasta el foro pasando por la basílica y el santuario de Apollo.

Una vez en el foro vimos los graneros donde actualmente hay unos almacenes con ánforas y moldes de personas. Traspasamos el foro en busca de la Villa de los misterios, nos impresionó mucho los pasos de peatones como regulaban el tráfico pero lo que mas nos gustó fue en la zona que estaban trabajando los arqueólogos.

La maravilla de Pompeya se debe a que prácticamente está todo muy bien conservado, la trágica historia del volcán y el tiempo que ha estado bajo las cenizas la ciudad petrificada ha hecho que hoy en día encontremos las ruinas casi en perfecto estado. Y las vistas de Il Vesubio desde la ciudad son preciosas.

Bajamos hasta la Villa de los Misterios, es una villa de un patricio romano a las afueras de la ciudad, los frescos que allí vimos eran espectaculares.

Ya era hora de comer, dentro del complejo hay un restaurante por lo que comimos allí.

Con la barriga llena continuamos nuestra visita hasta el anfiteatro, el anfiteatro tiene una exposición de moldes de personas encontradas en la ciudad.

También nos dirigimos al lupanar cuyos frescos dejan bastante claro las actividades que allí se daban, pudimos ver otra taberna y fuimos hasta el teatro pequeño.

Iba siendo hora de salir del complejo, a las afueras hay muchos restaurantes y tiendas de souvenirs, nosotros paramos en una heladería rumbo a la estación y es que la vida se ve mejor con un Helado italiano de Stracciatella.
Y a las 18:00 salimos con dirección a Nápoles de nuevo en nuestro tren menos concurrido que por la mañana, disfrutando de nuevo de las vistas del Vesubio.

Una vez en la Estación de Nápoles esperamos nuestro tren con destino Roma, para cenar elegimos ese día probar un Mc Donalds ya que a la hora que llegó el tren no queríamos ir probando en restaurantes ya que queríamos descansar, ducha y a dormir con la maravillosa Pompeya en la cabeza.

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